Which bacteria are lacking in depression? - InnerBuddies

¿Qué bacterias faltan en la depresión?

Descubre las bacterias clave asociadas con la depresión y cómo la salud intestinal influye en el bienestar mental. Aprende qué desequilibrios microbianos pueden afectar el estado de ánimo y las posibles vías para el tratamiento.

Comprender la correlación entre la salud intestinal y el bienestar mental ha ganado una atención significativa en los últimos años. La depresión, que antes se atribuía únicamente a desequilibrios neuroquímicos, ahora se explora desde una perspectiva más sistémica, incluyendo el estado del microbioma intestinal. Estudios científicos sugieren que las alteraciones en las bacterias intestinales —a menudo denominadas «bacterias de la depresión» cuando se habla en este contexto— podrían influir en el desarrollo y la persistencia de síntomas depresivos. Este blog recorre el mundo de la salud intestinal, investigando qué cepas bacterianas suelen faltar en quienes sufren depresión y las implicaciones de estas deficiencias. También hablaremos de cómo la prueba del microbioma puede utilizarse como herramienta para identificar desequilibrios microbianos y orientar intervenciones que promuevan el bienestar mental.

Bacterias asociadas con la depresión: microorganismos clave relevantes para las pruebas del microbioma intestinal

Al hablar de «bacterias de la depresión», nos referimos a bacterias del microbioma intestinal que desempeñan papeles cruciales en la regulación del estado de ánimo, la resiliencia emocional y el equilibrio neuroquímico. Estas bacterias no son patógenos, sino organismos simbióticos que contribuyen a nuestra salud fisiológica y psicológica. Su ausencia o agotamiento puede causar o agravar desafíos de salud mental, particularmente la depresión.

Los estudios han indicado que habitantes intestinales como las especies de Lactobacillus y Bifidobacterium ejercen un efecto protector frente a los trastornos del ánimo. Estas bacterias ayudan en la producción de compuestos neuroactivos, contribuyen a reducir la inflamación sistémica y mantienen la integridad de la mucosa intestinal, lo cual es crucial para prevenir el fenómeno de «intestino permeable» que se observa con frecuencia en pacientes depresivos. Igualmente importantes son las bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), como Faecalibacterium prausnitzii y las del grupo Lachnospiraceae, que mantienen ambientes antiinflamatorios dentro del intestino.

La prueba del microbioma intestinal se ha convertido en una poderosa herramienta diagnóstica para identificar desequilibrios en estas poblaciones microbianas beneficiosas. Marcas como InnerBuddies ofrecen kits de análisis del microbioma que proporcionan a las personas perfiles bacterianos detallados. Estos permiten a los profesionales de la salud y a los usuarios determinar qué bacterias están presentes, cuáles escasean y cómo se comparan sus niveles con una línea base saludable. Dicha prueba es especialmente valiosa para personas con depresión resistente al tratamiento o recurrente, ya que ofrece información práctica sobre contribuyentes biológicos que los tratamientos psiquiátricos convencionales podrían pasar por alto.

Al evaluar la presencia y abundancia de bacterias «antidepresivas», los usuarios pueden tomar decisiones informadas sobre cambios en el estilo de vida, intervenciones dietéticas y suplementación probiótica que pueden ayudar a restaurar el equilibrio microbiano y reducir los síntomas depresivos.

Desequilibrio de la microbiota intestinal y su papel en la depresión

El intestino humano es un ecosistema complejo compuesto por billones de microorganismos que trabajan juntos para mantener la salud física y mental. Cuando este ecosistema está en equilibrio —un estado denominado «eubiosis»— respalda no solo la digestión y la inmunidad, sino también el equilibrio neuroquímico. Sin embargo, cuando este equilibrio se altera, provocando un crecimiento excesivo de bacterias dañinas y una disminución de las beneficiosas, el resultado es una condición denominada disbiosis intestinal. Esta disbiosis está estrechamente vinculada a diversos trastornos de salud mental, incluida la depresión mayor (MDD).

La microbiota intestinal influye en el sistema nervioso central (SNC) a través del eje intestino-cerebro —un canal de comunicación bidireccional que involucra neurotransmisores, citoquinas, la señalización del nervio vago y metabolitos microbianos. La interrupción de este eje puede contribuir a los trastornos del ánimo. Por ejemplo, aproximadamente el 90% de la serotonina del cuerpo —un neurotransmisor esencial para regular el estado de ánimo, el apetito y el sueño— se produce en el intestino. Cuando la microbiota responsable de la síntesis de serotonina se encuentra disminuida o es superada por bacterias patógenas, la deficiencia resultante de serotonina puede manifestarse como síntomas depresivos.

Diversos estudios han identificado firmas microbianas específicas en personas con depresión. Por ejemplo, un estudio de 2015 publicado en la revista Nature observó que las personas con depresión con frecuencia presentaban niveles reducidos de Faecalibacterium y Coprococcus, mientras que mostraban niveles aumentados de bacterias potencialmente dañinas como Eggerthella y Clostridium. Estos cambios no solo reducen la producción de metabolitos beneficiosos, sino que también promueven respuestas inflamatorias, conduciendo a inflamación sistémica que puede afectar la función cerebral y contribuir a episodios depresivos.

Además, la inflamación crónica derivada de la disbiosis intestinal puede interferir con el eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (HPA), el sistema central de respuesta al estrés del cuerpo. La desregulación del eje HPA es una característica de la depresión y se ha asociado con niveles elevados de cortisol, menor resiliencia al estrés y mayor riesgo de trastornos del ánimo.

Esta conexión enfatiza la importancia de identificar y corregir los desequilibrios intestinales. A través de herramientas avanzadas como la prueba del microbioma de InnerBuddies, las personas pueden detectar desviaciones respecto a las normas microbianas vinculadas al bienestar psicológico y tomar medidas proactivas para reequilibrar su ecosistema y mejorar los resultados de salud mental.

Deficiencia microbiana en la depresión: ¿qué bacterias faltan?

Un creciente cuerpo de investigación se ha centrado en identificar géneros y especies bacterianas específicos que suelen ser deficientes en personas que luchan con la depresión. Estos microbios participan frecuentemente en la síntesis y regulación de neuroquímicos críticos y moléculas antiinflamatorias que influyen en el estado de ánimo.

1. Lactobacillus spp. – Son bacterias probióticas muy conocidas presentes en el tracto gastrointestinal humano. Producen ácido gamma-aminobutírico (GABA), un neurotransmisor que promueve la calma y reduce la ansiedad. Varios estudios en animales han demostrado que la disminución de especies de Lactobacillus puede conducir a una menor expresión de receptores GABA en el cerebro, resultando en aumento del estrés y comportamientos depresivos.

2. Bifidobacterium spp. – Otro pilar de un intestino sano, las especies de Bifidobacterium ayudan a mantener la integridad de la barrera intestinal y reducir la inflamación de bajo grado, ambos fundamentales para la salud mental. Cepas específicas como Bifidobacterium longum se han asociado con mejoras en la depresión y en conductas similares a la ansiedad en modelos animales y ensayos clínicos en humanos.

3. Faecalibacterium prausnitzii – Esta bacteria anaerobia pertenece al filo Firmicutes y es uno de los principales productores de butirato, un ácido graso de cadena corta con propiedades antiinflamatorias. Niveles más bajos de F. prausnitzii se han informado de manera consistente en pacientes con trastorno depresivo mayor, especialmente en aquellos con síntomas gastrointestinales.

4. Coprococcus spp. – Este género también contribuye a la producción de AGCC como el butirato. Un artículo de 2019 publicado en Nature Microbiology asoció niveles elevados de Coprococcus con mejores puntajes de bienestar mental, mientras que su disminución se correlacionó fuertemente con sentimientos de depresión.

5. Roseburia spp. – Otro género productor de butirato, Roseburia es valorado no solo por sus roles antiinflamatorios, sino también por apoyar la producción de serotonina. Niveles bajos se asocian con trastornos metabólicos y psicológicos.

La deficiencia de estos microbios puede perjudicar la capacidad del intestino para sintetizar compuestos esenciales como serotonina, dopamina y butirato, al tiempo que aumenta la vulnerabilidad a la inflamación y al estrés. Es a través de esta perspectiva de agotamiento microbiano que la prueba del microbioma adquiere su relevancia terapéutica: identificando lo que falta, se pueden diseñar estrategias e intervenciones para reincorporar estos aliados microbianos al equilibrio.

Perfil microbiano depresivo: ¿cómo se ve?

El perfil del microbioma intestinal de una persona con depresión suele mostrar un patrón de diversidad microbiana reducida y una abundancia desproporcionada de bacterias dañinas o proinflamatorias. Este perfil es lo suficientemente distintivo como para que los investigadores exploren cada vez más la viabilidad de utilizarlo como biomarcador para el diagnóstico temprano e intervención en trastornos del ánimo.

Un intestino sano promedio presenta una compleja y equilibrada mezcla de bacterias críticas para la digestión, la modulación inmunitaria y la interacción neuroquímica. Por el contrario, el perfil microbiano depresivo a menudo revela deficiencias en las bacterias «buenas» que hemos mencionado anteriormente —como Lactobacillus, Bifidobacterium, Faecalibacterium y Coprococcus—. Estas deficiencias suelen acompañarse de un aumento en taxones de géneros como Oscillibacter, Eggerthella, Clostridium XVIII y Alistipes, que se han relacionado con inflamación y neurotoxicidad.

Estos microbios patógenos o proinflamatorios producen metabolitos dañinos como los lipopolisacáridos (LPS), que contribuyen al síndrome de intestino permeable. Cuando la mucosa intestinal se vuelve permeable, LPS y otras toxinas entran en el torrente sanguíneo y alcanzan el cerebro, desencadenando neuroinflamación —un factor conocido en la fisiopatología de la depresión.

Herramientas innovadoras como la prueba del microbioma de InnerBuddies pueden generar informes detallados que describen estos desequilibrios microbiológicos. Estos informes no solo indican la presencia o escasez de microbios que combaten la depresión, sino que también ofrecen información sobre las funciones que probablemente estén comprometidas —ya sea la producción de neurotransmisores, la regulación de la inflamación o la protección de la barrera intestinal.

En términos clínicos, un perfil microbiota depresivo es equivalente a una señal de alarma, que indica una desviación de la eubiosis y un giro hacia un estado que puede poner en peligro la salud mental y física. A medida que avanza nuestro conocimiento sobre los perfiles microbianos, crece el potencial para una atención de la salud mental más precisa e informada por el microbioma.

Depleción del microbioma y estado de ánimo: consecuencias de la falta de microbios

La depleción del microbioma se refiere a la pérdida o reducción significativa de poblaciones microbianas esenciales para la salud. En el contexto de la depresión, los efectos de esta depleción se manifiestan tanto psicológica como sistémicamente. La reducción de la densidad y diversidad microbiana está entre los sellos distintivos de los estados depresivos, y de ello se derivan varias consecuencias.

Una de las consecuencias más profundas es la menor síntesis de neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo, como la serotonina, la dopamina y el GABA —todos los cuales dependen de la participación microbiana o de sus subproductos para sintetizarse de manera eficiente. En estudios con animales, los ratones libres de gérmenes —criados sin exposición a microbios— mostraron un aumento de la ansiedad y comportamientos similares a la depresión, lo que evidencia la necesidad de microbios intestinales para estabilizar las emociones.

Otro resultado perjudicial de la depleción microbiana es el aumento de la inflamación sistémica. Con menos microbios beneficiosos que produzcan AGCC antiinflamatorios como el butirato y el propionato, hay menor supresión de citoquinas inflamatorias, conocidas contribuyentes a los síntomas depresivos mediante la neuroinflamación. Citoquinas como la interleucina-1β y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) se han encontrado elevadas en personas con trastorno depresivo mayor.

Además, ciertas bacterias modulan la expresión de proteínas de unión estrecha (tight junction) que mantienen la integridad de la mucosa intestinal. Una reducción en estas bacterias —como Faecalibacterium y Roseburia— puede aumentar la permeabilidad intestinal. Una mayor permeabilidad permite que patógenos y endotoxinas lleguen al cerebro, comprometiendo la barrera hematoencefálica y afectando la química cerebral.

Finalmente, la depleción del microbioma debilita el sistema inmunitario e impide la absorción de nutrientes. Sin suficientes microbios que ayuden en la síntesis y absorción de vitamina B12, folato y magnesio, el cerebro se vuelve vulnerable a diversas deficiencias que deterioran el estado de ánimo y la capacidad cognitiva.

Este conjunto de evidencias consolida la idea de que la depleción del microbioma no es solo un problema intestinal: es una condición sistémica con potencial para afectar casi todos los aspectos de la salud, en especial la mental. Al recurrir a herramientas como la prueba del microbioma de InnerBuddies, las personas pueden monitorear la depleción microbiana y desarrollar estrategias para reforzar su ecosistema y su bienestar emocional.

Cepas bacterianas vinculadas a la depresión: ¿cuáles suelen faltar?

Más allá de las especies bacterianas generales, múltiples cepas específicas dentro de categorías amplias como Lactobacillus y Bifidobacterium han mostrado un potencial notable para aliviar los síntomas depresivos cuando están presentes en cantidades suficientes. Identificar estas cepas es crucial tanto para comprender la patología de la depresión como para orientar estrategias de suplementación y tratamiento.

1. Lactobacillus plantarum 299v – Conocida por su capacidad para colonizar el intestino y producir GABA, esta cepa ha mostrado efectos tipo antidepresivo en estudios con roedores y aumento de la expresión de receptores de serotonina. En ensayos humanos, los sujetos mostraron niveles reducidos de cortisol y menor estrés percibido tras suplementarse con esta cepa.

2. Bifidobacterium longum NCC3001 – Una de las cepas más investigadas en la modulaciòn del ánimo; esta bacteria ha demostrado normalizar comportamientos similares a la ansiedad en ratones y mejorar la calidad de vida en humanos con síndrome de intestino irritable y síntomas depresivos.

3. Lactobacillus rhamnosus JB-1 – Conocida por mejorar la señalización del eje microbiota-intestino-cerebro, esta cepa modula la expresión de receptores GABA en el cerebro e induce efectos ansiolíticos.

4. Bifidobacterium breve CCFM1025 – Una entrada más reciente en el espacio de los psicobióticos, esta cepa interactúa con el eje HPA y reduce la inflamación inducida por el estrés, mostrando promesa en ensayos para la estabilización del estado de ánimo.

Ensayos clínicos y metaanálisis muestran ahora que combinaciones de estas cepas, cuando se administran como «psicobióticos», proporcionan mejoras estadísticamente significativas en el estado de ánimo en personas con depresión leve a moderada. Si bien las cepas difieren en eficacia y compatibilidad individual, las pruebas personalizadas mediante kits de análisis del microbioma como InnerBuddies pueden identificar qué cepas son necesarias o deficientes para cada usuario, permitiendo intervenciones dirigidas mediante suplementación o modificación dietética.

Implicaciones prácticas: usar las pruebas del microbioma intestinal para abordar deficiencias bacterianas

Con la evidencia creciente que vincula la microbiota con la depresión, las pruebas del microbioma intestinal se distinguen como un instrumento diagnóstico y terapéutico potente. Las aplicaciones prácticas de estas pruebas permiten que clínicos y pacientes comprendan los patrones de deficiencia microbiana e implementen estrategias individualizadas para restaurar la armonía microbiana.

La prueba del microbioma de InnerBuddies ofrece muestreo en casa y análisis de ADN bacteriano en laboratorio. Los datos resultantes destacan qué bacterias están sobrerepresentadas, cuáles están subrepresentadas y cómo esa composición se compara con una línea base microbiana saludable. Estos informes a menudo también incluyen perspectivas funcionales —es decir, qué vías están afectadas, como la producción de AGCC, la degradación de mucina o la síntesis de neurotransmisores.

Tras reconocer deficiencias en bacterias protectoras frente a la depresión, los usuarios pueden adoptar diversas estrategias de corrección:

  • Suplementación probiótica – Dirigida a cepas agotadas de Lactobacillus o Bifidobacterium mediante formulaciones psicobióticas de alta calidad.
  • Alimentos prebióticos y fibras – Incluir fibras que sirvan de sustrato para el crecimiento de bacterias beneficiosas, como inulina, almidón resistente y beta-glucanos.
  • Alimentos fermentados – Incorporar alimentos con cultivos vivos como kéfir, kimchi y chucrut para enriquecer el intestino con probióticos naturales.
  • Cambios en el estilo de vida – La gestión del estrés, la higiene del sueño y la actividad física regular contribuyen a la restauración del microbioma.

Quizá la implicación más prometedora sea el potencial de terapias psicobióticas personalizadas guiadas por datos microbianos en tiempo real. A medida que la investigación se expande y las herramientas evolucionan, los protocolos informados por el microbioma podrían ofrecer una vía complementaria o incluso principal de tratamiento para personas resistentes a los antidepresivos tradicionales.

Conclusión

La ciencia emergente del eje intestino-cerebro está redefiniendo nuestra comprensión de la depresión, situando al microbioma como un factor fundamental en la salud emocional. Bacterias clave «vinculadas a la depresión» como Lactobacillus, Bifidobacterium, Faecalibacterium y sus variantes a nivel de cepa desempeñan roles cruciales en la producción de neurotransmisores, el control de la inflamación y la permeabilidad de la barrera intestinal. Su deficiencia contribuye al inicio y la persistencia de los síntomas depresivos.

Las pruebas del microbioma intestinal, como las ofrecidas por InnerBuddies, proporcionan conocimientos prácticos sobre estos desequilibrios microbianos. Mediante diagnósticos e intervenciones informadas, las personas pueden asumir el control de su salud mental de una forma más personalizada y holística.

Sección de preguntas y respuestas

P1: ¿Qué bacterias intestinales faltan con más frecuencia en la depresión?
R: Las bacterias clave que faltan con frecuencia en personas con depresión incluyen Lactobacillus, Bifidobacterium, Faecalibacterium prausnitzii, Coprococcus y Roseburia.

P2: ¿Puede la prueba del microbioma ayudar a tratar la depresión?
R: Sí. La prueba del microbioma, como la de InnerBuddies, ayuda a identificar bacterias beneficiosas faltantes y ofrece orientación para intervenciones dirigidas como probióticos y dieta.

P3: ¿Cómo afecta la disbiosis intestinal al estado de ánimo?
R: La disbiosis intestinal afecta la síntesis de neurotransmisores, aumenta la inflamación y altera el eje intestino-cerebro, factores que contribuyen fuertemente a los trastornos del ánimo, incluida la depresión.

P4: ¿Son efectivos los probióticos para la depresión?
R: Algunas cepas probióticas —como Lactobacillus plantarum y Bifidobacterium longum— han demostrado eficacia en la reducción de síntomas depresivos, especialmente cuando su uso está guiado por pruebas del microbioma.

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